El odio nos está matando

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igualdad de derechos

Con la masacre que ocurrió en 2017 en la discoteca gay Pulse en Orlando se evidencia que este planeta aún está cargado de odio, es increíble ver cómo los seres humanos seguimos pensando que la muerte, la exclusión, la violencia y el rechazo son las armas para atacar a todo aquel que sea diferente, la tristeza inmensa de un mundo en el que a veces pareciera no haber salida ante tanta intolerancia. La igualdad de derechos a veces pareciera estar solo en el papel y por eso vivimos situaciones tan terribles como esta.

lovewins cangrejoperez
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Desde el principio de los tiempos los seres humanos andamos matándonos por múltiples circunstancias, en una época con solo señalar a una persona de brujería ya era echada al fuego. El mismo fuego que hoy se enciende en contra de una forma diferente de amar, porque a muchos aún no les cabe en la cabeza que dos hombres o dos mujeres puedan ser pareja, aunque allí exista un amor que no pretende dañar a nadie.

Es así como ocurren desgracias como esta masacre, simplemente muestras del odio que una parte de la humanidad sigue guardando hacia lo diferente, ya sea por causas religiosas, machismo o cualquier otra, no existe justificación alguna para acabar con la vida de nadie.

Cuando el odio se hace público

Pero ese odio que se hace público en momentos como este por la magnitud de la masacre es solo una muestra de lo que pasa al interior de muchos países y hogares en los cuales niños, adolescentes y adultos están siendo maltratados física o psicológicamente por el simple hecho de tener una preferencia sexual diferente. No nos podemos hacer de vista gorda ante lo que pasa a diario a nuestro alrededor, en donde personas que amamos y hasta nosotros mismos estamos viviendo en carne propia el flagelo de la intolerancia.

Y es que nadie dijo que era fácil cambiar la mentalidad de una sociedad machista en la que los roles del hombre y la mujer siempre han estado radicalmente definidos por unos paradigmas propios de épocas muy lejanas, paradigmas que son difíciles de combatir pero que cuando se derrumban terminan haciendo que una sociedad dé grandes pasos hacia la civilidad.

Aquí ya no se trata de hombres y mujeres, se trata de seres que buscan la felicidad y que también buscan alcanzar sus sueños de una u otra forma, y esa es realmente la base para encontrar en la tolerancia una herramienta para acabar con los odios y la represión, porque no es justo que los seres humanos por tener una condición sexual o religiosa diferente tengamos que seguir escondiéndonos tras un manto de apariencias que nadie merece llevar puesto.

Ten cuidado a quien odias, podría ser alguien que amas

Es así como encontré una frase muy sabia en una de las tantas imágenes que recorren las redes sociales “Be careful who you hate, it could be someone you love” que traduce algo como “Ten cuidado con la persona a la que odias, podría ser alguien que amas”. Nada más cierto cuando hay familias con grandes componentes homofóbicos y teniendo personas gay dentro de su círculo, es como querer hacerse el de la vista gorda ante una realidad inminente. Ya no se trata de señalar, se trata de reconocer que la comunidad gay hace y ha hecho parte de la humanidad desde el principio de los tiempos, un espacio que no ha sido reconocido por siglos pero que ahora llega un punto de quiebre en el cual ser gay deja de ser una cuestión de vergüenza para convertirse en un tema de orgullo.

Lee también: «La mala costumbre de confundir sexo con amor»

No entender que el deber de la sociedad va más allá de preocuparse por con quién se acuesta o no el vecino, el hijo o el amigo, entender que cada quien es libre de hacer con su vida lo que se le antoje sin necesidad de estar pensando en juzgamientos ajenos.

Porque lo que piensen los demás acerca de los actos propios tiene poca relevancia cuando se trata de buscar la felicidad, y si la felicidad de una persona es compartir el corazón, la cama y la vida con alguien del mismo género entonces allí no cabe la opinión de nadie más.

Que el orgullo de ser un ser humano feliz no se vea opacado por la violencia, el maltrato ni las ofensas ajenas. Respeta, ama y vive sin límites.

Alejandro Pérez

@CangrejoPerez

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