Cuando la tusa no pasa tan fácil como uno quisiera

Comparte este post con tus amigos
como superar una tusa

Existen muchos tipos de tusas, entre las más conocidas están la tusa mundialista, la tusa electoral, la tusa laboral y por supuesto no puede faltar la tusa amorosa, tal vez la más difícil y tristemente famosa de todas.

Una de las características de la tusa es que no avisa cuándo llegará, o bueno, tal vez sí avisa, a veces envía muchas señales. Sin embargo, prefieres hacerte el desentendido porque no crees que te vaya a pasar a ti.

La tusa llega cuando menos la esperas, porque jamás estarás listo para ella.

Es como si te diagnosticaran una enfermedad terminal, sientes una y otra vez que no puedes más y vas a morir, te falta el aire, no quieres comer, no quieres ver a nadie, no quieres consejos acerca de lo que deberías o no hacer.

Simplemente quisiera dejarte caer en un sillón y no levantarte hasta que se acabe esta pesadilla o hasta que se acabe el mundo.

Sin embargo, con el tiempo te das cuenta que la tusa solo llega para hacerte más fuerte. Parece una utopía, pero es así.

Si no me crees, te invito a que recuerdes la última vez que sentiste morir por una persona que se fue de tu vida, parecía que nada tenía sentido, parecía que el mundo entero se acababa para ti.

Pero nada de eso pasó, la vida continuó, hoy estás aquí leyendo esto y seguramente sientes la tranquilidad de saber que nada de eso te mató.

Todo el dolor que sentiste, las ganas de no seguir, de no vivir. Todo eso quedó en el pasado.

Pensabas que no tenías futuro sin esa persona, pensabas que sin ese trabajo no ibas a poder vivir, sin embargo, aquí estás.

Porque como bien lo dicen por ahí, lo que no te mata te hace más fuerte, es por ello que hoy seguramente te fijas más a la hora de escoger una pareja, tal vez ya no aceptas cualquier trabajo por necesidad.

Has aprendido la lección y eso no te lo quita nadie.

Para salir de esa tusa estabas poniendo en práctica un concepto que tal vez no sabías que existía, aprendiste de resiliencia.

La resiliencia es esa capacidad que tenemos los seres humanos de sobreponernos a situaciones traumáticas y tal vez sacar lo mejor de ellas.

Y no creas que es imposible sacar algo bueno de las malas experiencias que has tenido, siempre tendrás como mínimo una lección, eso ya es ganancia.

Los seres humanos a veces olvidamos que el tiempo pasa, que las situaciones pasan, que la gente llega y algún día se va.

O sea que, en últimas, la gente también pasa.

Olvidas que tienes la capacidad de seguir, olvidas que puedes reconstruir lo que eres desde las ruinas que dejó el pasado, desde lo mucho o poco que te queda. Desde el dolor que puede dejar el fin de una relación o el despido de un trabajo.

Es fácil olvidar que puedes seguir adelante sin importar las circunstancias, porque prefieres caer en la facilidad de la tristeza, el revolcarte en el dolor, prefieres sentir que eres víctima en lugar de pensar en que es una oportunidad para levantarte y seguir adelante.

Tal vez el dolor de la tusa se extiende porque tenemos miedo a evolucionar.

Es por ello que preferimos soportar malas relaciones a padecer rompimientos amorosos, es por eso que preferimos un trabajo infeliz al riesgo de estar desempleados por un tiempo.

Porque eso nos enseñaron, nos enseñaron a sumar, así sea poco, nunca nos enseñaron que a veces hay que perder, retroceder, renunciar, dejar atrás, todo esto para poder seguir adelante, para poder alcanzar algo mejor de lo que tenemos hoy.

Nunca nos enseñaron que a veces hay que perder, retroceder, renunciar, dejar atrás, todo esto para poder seguir adelante, para poder alcanzar algo mejor de lo que tenemos hoy.

No eres responsable de la educación que recibiste, ni más faltaba, eres el resultado de lo que te enseñaron a ser tus padres, hermanos, amigos, ese espacio en el que te acomodaste de tal forma que parece imposible salir de allí.

Pero así es, solo “parece imposible”, porque en realidad es más fácil de lo que piensas.

Para cambiar tu situación solo necesitas tomar acción.

Lo que ocurre es que tomar acción trae consecuencias y prefieres no hacerte responsable de las consecuencias negativas que puedan llegar.

Para evolucionar irremediablemente tendrás que correr riesgos.

La duración de la tusa es directamente proporcional a la capacidad que tienes para crear una nueva realidad en tu vida.

Si estás pasando por un despecho amoroso, laboral, mundialista o electoral es porque seguramente no has soltado aún, porque no has entendido que la vida, como la conocías, ya no existe más.

No creas que la tusa desaparecerá de la noche a la mañana, eso no pasa.

Lee también: «El olvido también es una respuesta«

La tusa se irá cuando estés listo para soltarla, mientras sigas aferrado a los recuerdos y al dolor no vas a poder superar esta situación.

Moraleja Cangrejiana: tener tusa es normal, es normal sufrir, llorar, patalear y querer que todo sea simplemente un mal sueño. Sin embargo, eso no solucionará nada, la tusa comienza a desaparecer el día en el que te das cuenta que ya no puedes hacer para volver atrás, la tusa desaparece el día en el que entiendes que solo te queda seguir adelante y nada más. Como dice un amigo, tarde o temprano todo en esta vida pasará.

Desde lo más profundo del mar,

Alejandro Pérez
@CangrejoPerez

Conoce aquí mi canal de Youtube, tengo videos de tusas, despecho, amor, crecimiento personal y mucho más.

Lee también: Cómo puede el tiempo curar la herida de un desamor

Comparte este post con tus amigos

4 comentarios en «Cuando la tusa no pasa tan fácil como uno quisiera»

  1. A mi me duró tanto y fue tan fuerte, que no podía pasar ni cerca a los sitio a donde íbamos porque lloraba como una Magdalena. Lo vi después de 6 años en un funeral y no fui capaz de entrar a la iglesia; con piernas temblorosas me metí dentro del carro a llorar a moco tendido. No lo veo mucho pero cuando lo veo, me digo que como fui de tonta de gastarle tanta lágrima y dolo, pero el amor y las tusas son así!

    Responder

Deja un comentario