La gente falsa

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la gente falsa

Con el tiempo me fui dando cuenta que en este mundo las apariencias engañan, no todo es lo que parece. Las personas no son la excepción, han aparecido algunas en las cuales he creído que puedo confiar y lo he hecho, porque ni más faltaba de andar dudando de cada personaje que se cruza en mi camino, pero al final son pocos quienes realmente merecen esa confianza, porque del resto no se hace un caldo. Por eso existe la gente falsa.

Y es que confiar en la gente ha sido una cuestión de supervivencia desde mucho tiempo atrás, creemos en la palabra de la persona amada y es la única forma de mantener una relación, creemos en los amigos a veces más que en cualquier otra persona, porque terminan siendo confidentes de vida, creemos que guardarán los secretos para siempre y también creemos que están siendo honestos con su forma de ser, lastimosamente en muchos casos ni siquiera llegan a serlo un poco.

Creer o no creer, esa es la cuestión

Porque de nada sirve estar en este mundo si no creemos en la palabra de los demás, claro está que andar creyendo en cualquier persona que se atraviesa también es un completo desacierto.

No se puede negar que hay personajes que se ganan fácilmente la confianza, es como si tuvieran una capacidad extraordinaria de hacer que uno crea en ellos ciegamente, como si los conociera de toda la vida y jamás nos fueran a hacer daño. Lastimosamente eso no es tan cierto, muchos andan engañando para sacar beneficios ocultos, para aprovecharse de lo que los demás hacen y dicen.

Pero tener plena conciencia de la persona con la que se está tratando y descubrir las máscaras que tiene no es tan fácil, hay personajes que saben esconderse muy bien tras aparentar ser amigos, parejas, compañeros, etc. Son personajes cuya especialidad es el engaño, el engaño a cualquier precio sin importar si dejan atrás sus valores, creencias o cualquier tipo de razonamiento ético.

El engaño termina siendo parte del juego de ellos y desgraciadamente en muchos casos podemos estar años conviviendo con ese lobo vestido de oveja.

Hacerse la víctima no es una opción

Pero de nada vale quejarse por lo hecho, porque igual en algún momento fuimos tan inocentes que creímos que esa persona tenía palabra, y si no creíamos en esa persona entonces no íbamos a aprender la lección, aunque a veces esa lección termine siendo cruda y dolorosa.

Lo más difícil es despertar al engaño, porque es despertar de un sueño que al parecer era placentero para terminar siendo una completa pesadilla, pesadilla que se padece como si fuera una herida abierta, de esas que duelen intensamente y además como si le echaran limón y sal para hacer del dolor algo casi insoportable.

Y como buen dolor nos hace gritar, hace que lo peor de nosotros también salga, hace que muchas veces terminemos rebajándonos al nivel de ese personaje que nos llenó de mentiras. Nada peor que dejarse contagiar del engaño, porque nos convierte en victimarios y al final de pronto hasta se invierten los papeles, porque pensamos que la venganza es dulce, cuando realmente no es más que una forma de perder la dignidad como seres humanos.

Las quejas tampoco sirven

Es cierto que nadie merece ser víctima del engaño ni de personas que van por el mundo haciendo daño con sus mentiras y falta de palabra, pero de nada sirve quejarnos por lo que fue, en algún momento decidimos confiar y esa confianza es lo que vale, si nos pagaron bien o mal qué importa, lo que importa es que de algo sirvió, de todo se aprende y de los errores sí que más.

Este es un mundo que nada tiene que ver con lo que imaginamos y lo que esperamos que sea, nadie es tan perfecto como deseamos ni tan bueno como creemos, así como cada situación tiene su punto de vista, de lo bueno se aprende y de lo malo también, de cada uno depende si se queda en el foso sufriendo o en la cima celebrando, de todas formas qué sería de nosotros si la vida no fuera una montaña rusa de emociones, tal vez estaríamos un poco muertos en vida.

Lee también: «Lo que no sirve que no estorbe»

Hay algo de lo que sí debemos estar plenamente seguros y es que sin importar las máscaras que traiga la gente, tarde o temprano es necesario confiar, seguramente nos estrellaremos mil veces contra el mundo pero con tal de que al menos una vez encontremos alguien realmente sincero y honesto, ese momento valdrá todos los golpes que nos dimos en el camino.

Alejandro Pérez

@CangrejoPerez

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2 comentarios en «La gente falsa»

  1. A mi me encanta todo lo que escribes…… Pero estoy acostumbrada a la moraleja y su que la leí no la hiciste específica…. Me fascinan tus textos por que son simples, reales y cotidianos, a cualquiera que esta leyendo le paso, lo está pasando o le pasara…. Gracias por dedicarte a darlos ese. Espacio de saber que simplemente somos seres humanos y merecemos…. Un beso y un abrazo desde la cálida Barranquilla

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