Es mejor no ser un superhéroe

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poderes sobrenaturales
De  pequeño siempre quise tener uno de los poderes sobrenaturales, el que fuera, pero tener un poder que me hiciera diferente a los demás, ese algo que me permitiera dejar de ser un humano corriente para convertirme en un superhéroe de esos que salvan el planeta.
Cuando fui creciendo me di cuenta que no había sido honrado con ninguna característica sobrehumana que me hiciera extraordinario, pero después de pensar pensarlo mucho, creo que todo es mucho mejor así, ser un superhéroe sólo habría hecho la vida mucho más difícil.
 
Superman fue mi primera opción, un hombre de acero, que podía volar y además con la mirada podía derretir lo que se le atravesara, con una fuerza que a veces parecía no tener límites y además tenía la pinta para levantarse lo que le diera la gana. Superman se acercaba mucho a lo que quería ser, pero tenía tres problemas: 1. Lo debilitaba la Kryptonita, grave problema, porque puede ser tan de malas que la novia se compraba unos aretes de bella Kryptonita y el man quedaba sirviendo para tres cosas (para nada, para nada y para nada); 2. Este man pasó gran parte de su vida sin saber de dónde venía; 3. Su mejor amigo se convirtió en su archienemigo; no, mejor deje así, es demasiado drama para una sola vida, es mejor no ser Superman.
 
También fui uno de esos que no se perdía un solo capítulo de los Caballeros del Zodiaco, yo sé que muchos van a decir que los superhéroes sólo son los gringos de Marvel y DC Comics, pero para mí los Caballeros entre otros también lo eran. Con cada una de sus batallas me quería parecer más a ellos, especialmente al Fénix por sus características algo lúgubres y su modo de ser importaculista, sin leyes ni normas que lo amarraran. Lo malo es que el Fénix siempre tenía que ir a salvar a su hermanito que por demás era bien inaportante, Andrómeda con sus cadenas lo único que hacía era meterse en problemas y hacer estorbo, todos tenían que ir a salvarlo porque él solo no podía. De este modo decidí que ser el Fénix era una gran responsabilidad que me podía llevar a la muerte una y otra vez, descartado ser el Fénix.
 
Fue así modo decidí seguir mi búsqueda del superhéroe que quería llegar a ser, el siguiente en la lista fue Spiderman, un ser humano común que al ser picado por una araña desarrolló poderes que lo hacían andar colgado de una telaraña de lado a lado (como si con Tarzán colgando de una liana en taparrabos no hubiera sido suficiente), con agilidad y reflejos para evadir cualquier tipo de peligro, pero el único peligro que no lograba evadir era su vida, muy modesta por demás, y sufriendo siempre por su amada que también lograba meterse en problemas inauditos que llevaban al pobre Spiderman casi hasta la tumba. Este man era un buen tipo, pero le faltaba plata y el corazón lo debilitaba demasiado, así que Spiderman también había quedado eliminado de la lista, prefería una vida más acomodada y menos sufrida en el amor.
 
Por último y ya más grandecito llegó el Profesor Super O, un superhéroe nacional que después de caerle encima dos toneladas de camarón se llenó de vigor para combatir la ignorancia idiomática, un humano un poco más del común y menos salido de la realidad. El Profesor Super O siempre ha sido uno de mis grandes héroes, que ha luchado por mantener las buenas costumbres del idioma y sobre todo combatir la ignorancia. Pero decidí no ser este superhéroe por algunas razones: 1. El afro ya pasó de moda; 2. Tener como ayudante a una mujer que se llame la Cevichica debe causar muchas burlas entre los colegas superhéroes; 3. Tener medios de transporte como: El Submarisco,  El Bocachicoete, La Pescadocleta, La Cazualística de Mariscos, El Mariscacharro, El Aguakart, El Langostinóptero, y además un reloj llamado El Reloj Mojarra, no son para nada características de un superhéroe muy glamoroso que digamos. Descartado el Profesor Super O.
 
Moraleja Cangrejiana: Después de dar vueltas por estos y algunos personajes más, decidí que es mejor no ser un superhéroe, suficientes problemas tengo ya con ser un humano común y corriente como para tener que dedicarme además a salvar a la humanidad, o en su defecto a corregir las atrocidades idiomáticas de siete mil millones de seres humanos más. Mejor deje así.
Alejandro Pérez
@CangrejoPerez
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