La tristeza del fin de las vacaciones

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A todos nos ha pasado que llegamos después de unos días de vacaciones mucho más cansados de lo que nos fuimos y todo esto a causa de los múltiples ‘descualquieres’ a los que nos sometemos durante ese tiempo.
El trago, las trasnochadas, los amores de verano y un sinfín de cosas más que nos llevan al estado deplorable en el cual volvemos al estudio ó al trabajo. Así que sea ésta la oportunidad para hacer un recuento de todos estos excesos que se cometen y nos dejan en la completa inmunda.
 
1. La forma de tragar
 
Las vacaciones dan hambre. Esta ley aplica en todos los casos habidos y por haber, al que no le da un hambre incontrolable en vacaciones es porque tiene algún trastorno alimenticio. Tal vez andar con tanta hambre se deba al alto nivel de desocupación, pero todo el tiempo se anda pensando en comida, comida y más comida. Esto aplica sobre todo si se tiene a la mamá todo el tiempo detrás de uno diciéndole «Ay mijito, es que a usted por allá me lo tienen es aguantando hambre, mire como está de flaco», porque para ellas siempre estaremos flacos, así sea que estemos a punto de rodar de la gordura.
 
2. Las trasnochadas
 
Vacaciones que se respeten se trasnocha de principio a fin, ya sea porque anda de parranda, echando chisme ó echado viendo televisión, pero la trasnochada es segura. En esta época de tiempo libre el sueño se descuadra, y cada vez ese cúmulo de sueño que se pierde nunca se recupera y de este modo el último día estamos más cansados que el primero. Recuerde que si se va a trasnochar que sea por algo que vale la pena y no por andar viendo el resumen de «La Rosa de Guadalupe» hasta las cuatro de la mañana.
 
3. La gastadera de plata
 
Ojalá todas las vacaciones fueran gratis y todo incluido, pero como no es así, nuestro querido amigo el bolsillo siempre se ve gravemente afectado por todos los excesos de compras que se hacen. Comencemos con los tiquetes de viajes, las comidas, la ropa, la bebida, la rumba, los regalos, la gasolina, los taxis, la hospitalizada por la intoxicación, la varada, el postre, la penalización del tiquete, y miles de casos más en los cuales se va gastando hasta lo que no tiene. En últimas las más afectadas después de las vacaciones son las tarjetas de crédito y obviamente la economía familiar (ó ‘solterial’, según sea el caso).
 
4. El amor de verano
 
El amor de verano es tan bonito como pasajero, llega y se va tan rápido que no se sabe si fue amor o pendejada, aunque regularmente es ésta última. Tener un amor de éstos en las vacaciones es muy común, y también es muy común estar todas las vacaciones a su lado haciendo cuanta actividad física (sexual) sea posible. Viéndolo bien, éste es un exceso que vale la pena cometer, aunque si va a tener un amor de verano recuerde siempre tomar las medidas preventivas, no solo en la cama sino también en el corazón: el nivel de enamoramiento es directamente proporcional al nivel de pérdida de la inteligencia.
 
5. El trago
 
Ahora no me vengan a decir acá que todos son abstemios porque esa no se las cree nadie. Regularmente las vacaciones se prestan para irse de fiesta con amigos ó familia a los cuales no se veía hace mucho tiempo, sobre todo si se está en la playa o cualquier otro sitio donde existan bares y discotecas cercanas. El trago en todas las vacaciones siempre es un buen compañero, principalmente si son fiestas decembrinas, puentes, Semana Santa, San Pedro ó cualquier otro tipo de festejos que se presten para pasear y beber. Recuerde siempre que si va a tomar deje el celular en la casa, y mucho más si anda con despecho.
 
6. La enfermada
 
Vacaciones sin enfermarse no son vacaciones. Regularmente los problemas que más aquejan en este tipo de circunstancias son los estomacales debido al cambio de comida y de agua. ¡Ah, pequeño detalle! los problemas estomacales son los más difíciles de lidiar, sobre todo cuando se está a cientos de kilómetros del querido y adorado ‘trono’ (entiéndase baño del hogar). Si usted nunca ha sufrido de alguna enfermedad vacacional entonces no ha vivido unas verdaderas vacaciones; pero si por el contrario ya ha llegado hasta ser hospitalizado por una de ellas, ¡Felicidades! Usted ya tiene un doctorado en el tema de las vacaciones.
Lee también: «La fidelidad no existe«
 
Moraleja Cangrejiana: que las vacaciones son un tiempo para descansar y reponer energías es una falacia, porque realmente siempre se vuelve a las labores mucho peor de lo que se fue.
 

 Alejandro Pérez

@CangrejoPerez

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