El amor engorda

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amor es engordar juntos
Una fiel lectora de «Historias de un Cangrejo» me envió esta semana un artículo que habla acerca de un estudio que demuestra que estar enamorado engorda, teoría muy interesante. Aunque pienso que no se necesita un estudio para llegar a esa conclusión, porque el verdadero amor es engordar juntos.
 
Los primeros kilitos del amor
 
Siempre he pensado que eso de comer es una cuestión muy social. Cuando uno sale a cenar, almorzar o desayunar con un grupo de personas es porque tienen situaciones que compartir, historias que contar o negocios que cerrar; pero el problema es cuando esa comida es para algo que va más allá, porque el único negocio que se pretende cerrar es ése negocio del amor.
 
La primera vez que uno sale a comer con la persona que le gusta es un punto de partida o de quiebre. Hay cientos de detalles que aunque ustedes no lo crean hacen parte del juicio que está realizando la otra persona de uno, y que va desde la forma en que toma los cubiertos hasta la forma en que paga o no la cuenta.
 
Pero volvamos al tema que nos concierne, la comida. En la primera cita uno ya puede vislumbrar cómo le va a ir en la relación. Si pide un plato caro, aténgase, porque además de engordar lo va a dejar sin plata. Si pide un plato más bien barato, es porque se está haciendo pasar por humilde y quiere dar buena imagen (¡peligro! Puede ser peor que si hubiera pedido un plato caro). Pero lo peor es cuando piden un plato pequeño y al final le pide a usted un poquito del suyo, es lo peor; si quieren comer que pidan lo suficiente para quedar satisfechos(as) pero que no le estén pidiendo del plato de uno, eso sí que saca la rabia (¡aquí sí salgan corriendo!).
 
Casi siempre el amor comienza con una salida a comer, entonces ¿cómo pretenden que el amor no engorde, si lo primero que hacen juntos es tragar?
 
Cuando la barriga pasa a ser sinónimo de ‘buena vida’
 
No sé a quién diablos se le ocurrió eso de decir que la barriga es sinónimo de ser ‘buena vida’, al que se le ocurrió eso de seguro era un gordo bonachón que no tenía otra forma más de justificar su injustificable panza. Si la panza es sinónimo de tener una buena vida es como decir que los infartos son sinónimo de salud, ¡no señores! La panza es sinónimo de tragar mucho y de una vida sedentaria, así que eso está muy lejos de que su vida sea buena. 
 
Pero como las mujeres se inventaron ese lindo refrán que dice «a los hombres se les conquista por la barriga» entonces de esa forma justifican que sus maridos tengan una gran panza que denota lo bien alimentados que los tienen. Pero la verdad es que es una estrategia de ellas para que sus hombres se vuelvan poco apetecibles en el mercado y las otras mujeres no los volteen a mirar. Señores: esto es un complot de las mujeres y todos estamos cayendo en su trampa.
 
No sólo el amor de pareja engorda, el de la mamá también
 
Para cerrar este artículo no podía dejar pasar la oportunidad de mostrarles que no sólo el amor de pareja es el que engorda, el amor de la mamá es el primer amor que ayuda a que crezcan los cachetes y la panza.
 
¿A poco sus mamás no les decían siempre cuando eran niños que debían comer bien porque los veía muy flacos?, pues a mí sí. Particularmente mi mamá me decía «Ay no mijito, cómase todo que vea que ya hasta se le secaron los cachetes», ¡sí cómo no!, iba uno a ver y ya ni siquiera le cerraba el pantalón del colegio. 
 
Las mamás son felices saturándolo a uno comida, tenga la edad que tenga para ellas siempre vamos a estar muy flacos así estemos a punto de estallar.
 
Moraleja Cangrejiana: no hay que ser un sabio para saber que el amor engorda desde la cuna hasta la sepultura, por lo tanto la única solución para los que quieren mantenerse en línea es más gimnasio y menos amor.
Alejandro Pérez 
@CangrejoPerez
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3 comentarios en «El amor engorda»

  1. Muy bueno amigo Cangrejo
    Lo mejor de todo es que tengo una amiga que cree que ella es la que los engorda, pues no!!!! acabo de descubrir que es todo el amor que les da!

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